jueves, 21 de enero de 2010

Hasta que duela

- Es que no puedo Luka, no puedo verles juntos. Me repatea, en serio. ¡Y cómo la besa! Que parece que se la come en cada beso, joder.
- ¿Has probado a olvidarle?
- Sí, pero no puedo. No sé si es peor el remedio o la enfermedad
- Lo que te pasa a ti, es que quieres mucho. No puede ser bueno querer tanto
- ¿Por eso es por lo que tú no quieres nunca?
- ¿Cómo?
- Que si es por eso por lo que tú nunca quieres a nadie
- Supongo, no lo sé - Luka empezó a reírse nerviosamente
- Pues deberías probarlo. No es tan malo como parece ¿sabes? A veces hasta te hace sonreír
- Sí, sí - se levantó y la cogió para llevársela a la cama, era tarde
- Pero no quieras tanto, quiere un poquito, y cuando notes que duele, para. No seas tan masoca como yo - dijo Luka volviéndose a sentar y cogiendo la botella de Vodka de nuevo - La última, anda.

martes, 27 de octubre de 2009


El verano sabe
a tierra marrón,
a hierba húmeda,
a arena y a sal ardiente








lunes, 19 de octubre de 2009

Con los pies calentitos.


A Julietta le gusta tener los pies calentitos, pero aun le gusta más mucho más tenerlos fríos, y para calentarlos, meterlos en el par de calcetines rosas los que guarda en el tercer cajón, sí, el de al lado de la cama, porque son muy cómodos, y así cualquiera quiere tener los pies fríos, porque cada vez que se los pone, Carlos, le dice lo feos que son esos calcetines y no, no son feos, pero es que a él le gusta mucho hacerla de rabiar, y ella se pone tonta, y él le da besos, muchos besos por debajo de la oreja y por el cuello. Y al final, terminan los dos tumbados en la cama, calentandose

Y sin necesidad de calcetines rosa